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Y se abrió el Reino también en Cajamarca



Todo comienza por la mañana. Despierto, pongo unas cosas en orden, llamo un taxi y nos dirigimos hacia un sector desconocido de Cajamarca a comprar vino. Dos enormes botellas de un color precioso que provocaba destapar antes de lo debido. En fin, había que esperar hasta la noche. Llamar a un par de amigas, llamadas nacionales, llamadas internacionales, mamá, Bruno en Barcelona. Lavar un poco de ropa, barrer y luego almorzar.

Releer el texto que leería dicha noche, hacer ciertas correcciones, mencionar nombres mientras devoro un delicioso "Caprese" y un jugo mixto. Caminar hacia la peluquería, diez soles el cepillado, mi casa.

Descansar un poco, bañarme, elegir qué ropa usar y primero una fiesta infantil: cumpleaños de Valentina (4 años). Reafirmar mis deseos maternales, compartir con los niños, llenar mis ojos de lágrimas frente al escándalo de inocencia y pureza, el reino del juego.



Las 7PM. Hora de partir hacia el INC de Cajamarca. Sentir nervios, comenzar a beber vino, fumar tres cigarros, conocer a Jaime Abanto, su sabiduría, su sencillez, su buena disposición, su cariño. Compartir con otros poetas, sentirme en casa. Recibir el saludo cordial de extraños que me felicitan y en sus rostros pintan sonrisas inolvidables.

Las amigas del colegio, las chicas de cada día, de cada fin de semana, las del gimnasio, las de aquellas mañanas de desolación y desencanto siempre detrás de una para darle el pie de salida hacia la nueva vida. El buen cariño, el buen cariño tantas veces nombrado y compartido: Janet, Maggy, Juanita y Leyla.



Rostros conocidos y desconocidos frente a mí con el mejor de los dones que la humanidad puede ofrecer, compartiendo conmigo, temblando conmigo, inflamándose con cada palabra de Socorro Barrantes, William Guillén y Jaime Abanto. Mi Reino comienza a abrirse y me siento una ALMENARA que se consume al pararse frente a su público para dirigir las palabras de agradecimiento. Y digo, y siento que Cajamarca me hizo “despertar” de una forma especial a la vida. Que yo me he modificado en esta ciudad, que me he re-creado, he re-creado mi cuerpo; y que por tanto, puedo decir que Cajamarca, también me ha parido pues ha encendido mis luces.

Podría sonar tonto pero yo esta noche sentí a la humanidad. Estaba fuera de mi Lima, acompañada por gente no sólo de Cajamarca, sino también de otros lugares de este Perú que se dibuja distinto frente a mis ojos. Estaba rodeada de personas de distintos mundos, de distintos sexos y distintos sueños: un pequeño trozo de humanidad junto conmigo. Y me digo "es eso, Eri, de eso se trató siempre, de compartir con la gente, de mezclarse con ella y de hacer algo a través de lo que sabes hacer: escribir". Es en la misma gente donde me reencuentro conmigo, es en la palabra de un transexual que me dice que si hubiese nacido mujer, le hubiese gustado lucir como yo, donde me afirmo; es en la palabra compartida con el otro donde existo.

Gracias Cajamarca.

ALMENARA: El fuego que encendían los reinos en la Edad Media desde las atalayas y torres costeras para solicitar ayuda.

Erika Almenara, 26.11.06 08:11

3 comentarios

3 comentarios

at 9:46 a. m. Blogger Unknown dijo...

Eri... está muy pero muy bonito todo esto ehh!!! te deseo muchisisisma suerte en esta etapa de tu vida y pa delante no más ok?? un gran abrazo y que sigan los exitos.... suerte!!!

 
at 7:56 a. m. Blogger El Doc dijo...

El Reino tuyo se cerró en múltiples puertas y tiempos, pequeña, y ahora vagas desnuda y descalza por un espacio aún no dominado. Pero sea éste un desierto o el viaje de una ninfa por la naturaleza... eso es algo que está por descubrirse, tal como la piel que tienes para mostrar entre tus líneas y la sal que ya no cae de tus ojos.

Un beso, pequeña, nos vemos pronto.

El Doc.
En el arte, como en el amor, la ternura es lo que da la fuerza
~ Oscar Wilde

Escribiendo solo para los dos desde el centro de su Burbuja...

 
at 3:04 p. m. Blogger Oscar Pita Grandi dijo...

Ahora veo lo acertado de tu apellido. Felicidades.

 

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