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Reino Cerrado

Mi cumpleaños del año pasado estuvo caracterizado - sobre todo - por el descubrimiento de gentes que recién se conocían. Despertares de distintas edades confluyeron y estallaron en presencia grata, generando una eclosión de alegría y amor. Sí, hubo engranaje, hubo larga noche de danza, bebidas y chocolates. Después la nada.

En el silencio de los días y de las tardes en que vi morir al sol tantas veces, inicié el proceso de creación que pronto llegará a su fin. Fueron 26 los que nacieron a finales del mes de mayo. Desde entonces y hasta hace pocos días, me dediqué a la ardua, dolorosa y gratificante tarea de corregir y embellecer a estos, mis hijos.

Mientras corregía y embellecía mis poemas, hacía lo mismo conmigo. Mis manos y las de ellos han avanzado en cordial sintonía. Hemos atravesado los mismos procesos, las mismas tierras; nos hemos transformado mezclándonos sin ya ahora saber dónde comienzan mis dedos, dónde comienzan los suyos.

Pronto conoceré la fecha en que estos buenos muchachos recorrerán la ciudad de Lima. Pronto lo sabremos todos y los dejaré partir pues como toda buena madre. Acá el poema que abre.

I.
Otra vez te pierdes en el bosque cuando acaba la noche. Corres y los vientos fúnebres golpean tu rostro. Corres y registras en tu mente palabras no dichas, palabras arrojadas mientras tu escucha solo calla.

Erika Almenara, 22.6.06 09:49

8 comentarios

8 comentarios

at 10:00 a. m. Blogger El Doc dijo...

Nuevamente, el viento de la noche me trajo el olor de Alejandra al colarse entre tu poema, matizado suavemente entre tu propio aroma y tus propias lilas.

Niña de noche, niña de azul, espero que me cuentes del momento del adiós.


~ El Doc

 
at 4:45 p. m. Blogger Reaño dijo...

que el viento pampero agite tu rostro...
y arrebate el azul.

 
at 3:48 p. m. Blogger Oscar Pita Grandi dijo...

Inevitable. Lo que uno crea no es tanto de uno como de quien lo acoge. Y Cosa curiosa, los escritos empiezan a soltar amarras mucho antes de que uno piense siquiera en su libertad. Uno empieza por quererlos tanto que casi hasta los olvida. Inevitable. Algo nuestro parte también en ellos. Espero tropezarme pronto con algunos de los tuyos.
Felicidades.

 
at 8:03 a. m. Blogger Pam dijo...

Precioso, Erika. Un texto que me ha llegado al fondo. Enhorabuena.

 
at 12:02 a. m. Blogger Rain (Virginia M.T.) dijo...

Esos hijos tan queridos...

esos hijos...


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Abracito.

 
at 6:58 p. m. Blogger julio ubillus dijo...

¡Felicitaciones Érika!

 
at 5:01 p. m. Blogger brunorps dijo...

Aplausos, de pie, con el rostro duro que conoces y ojos humedecidos.

 
at 12:43 p. m. Blogger F dijo...

libro? yo quiero. Donde puedo conseguir uno...

 

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