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No hacen falta alas

Esta mañana visitaba el blog del amigo Jorge Ampuero y leí un poema en el que se hablaba acerca de resucitar en las letras. Me ha hecho recordar la fe que tengo en la palabra. Cuando decidí estudiar traducción e interpretación, me propuse grandes cambios en el otro, por más pequeña y tercermundista que me sintiera. El destino me colocó en ciertos espacios donde se me permitió desarrollar un poco este objetivo, pero no era suficiente. Vino entonces la literatura, amada literatura, salvadora y curativa. En ella y por ella resucito todos los días, un poquito más: cuando me hago letra, lenguaje y creo, enmiendo y busco.

Por eso es tan triste que la gente se pelee e insulte a los otros en tanta disputa inútil que se ha venido armando entre bloggers,, escritores y críticos. ¿Por qué, para qué? ¿Qué somos en conflicto, qué construimos? Palabra desperdiciada, arrojada al vacío en vano. Mejor, alistar la pluma y tejer maravillas para aliviar un poco el disgusto de este mundo...

Erika Almenara, 14.6.07 10:42

1 comentarios

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at 4:13 p. m. Blogger Dylan Forrester dijo...

Me conforta mucho que la Palabra nos resucite, nos una y hasta nos recuerde y devuelva el sentido vital de la existencia.

Abrazos...
jc7ampuero@hotmail.com

 

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