LGIB

Del diario de Antonio

Siento ahora esas ganas casi incontrolables de coger el teléfono y marcar su número, como ayer. Tengo ganas de hablarle sobre fiestas y cervezas, de bailes y de besos. Esta vehemencia pone mal a mi piel, la lleva a un nivel en que los poros toman una forma circular endurecida. Siento frío.

La pierna derecha se mueve al son de una música budista que he puesto para relajarme y obtengo un resultado contrario pues los golpes lacónicos de la melodía se parecen a las caderas de Verónica yendo de derecha a izquierda. A sus manos en la cintura acercándose de costado. A mi cuerpo resignado colocándose detrás del suyo.

Recuerdos sin argumento me poseen. Ganas terribles de inventar comunicación. La subjetividad se ha puesto a escribir. Esto no será arte, es el freno a una hemorragia.

Un baño pequeño de caños abiertos, piernas separadas y rostros que se humedecen. La mesa, luego la mesa donde la cercanía es inminente, donde la caricia ya no es discreta y ya no está hablando la subjetividad, habla la suposición.

Dejo el teclado. Alguien llama.

Erika Almenara, 31.1.06 15:20

3 comentarios

3 comentarios

at 4:47 p. m. Blogger Sir Faxx von Raven dijo...

para ser una aprendiz de escritora sangráis muy bien. no te detengas.

 
at 9:53 a. m. Blogger Erika Almenara dijo...

Muchas gracias por el comentario y no, nada me detiene. Saludos.

 
at 5:57 a. m. Blogger Erika Almenara dijo...

Gracias Meshl.
saludos.

 

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