El ser y su levedad
Yo recuerdo haber escuchado de la boca de varios escritores decir que un libro puede cambiarte la vida. En mi experiencia, dicha afirmación ha sido certera en el caso de libros como "Soldados de Salamina", "La tía julia y el escribidor", "Escena de Caza", entre otros.
En las películas no ha sido tanto así. Sin embargo, el día de ayer - y gracias a la recomendación de mi amigo Bruno Portillo - vi la película "La insoportable levedad del ser" de Philip Kaufman y mi subconsciente ha estado elaborando toda la madrugada.
Los personajes no tendrán mucho que ver conmigo pero me han recordado cómo era yo hace algunos años y qué esperaba de la vida. Después de una muy positiva parálisis de casi dos años, de luchar contra el sentimiento de tratarme y sentirme como una lisiada, reconozco poco a poco retazos, antiguos retazos de mí que vienen a incorporarse ya ahora de forma distinta y que traen consigo parte de esa esencia perdida, abandonada, dejada de lado.
La película me ha ofrecido ver la vida con otros ojos, insertarle nuevos colores a mi panorama actual en el que se matizan colores nuevos y viejos, matices que se ven enardecidos por la experiencia recogida en esta época de cambio que ya quiere dejar de ser transición.
He de encender la luz
y mirar mis palmas
reconocer sus líneas
seguir adelante
Hacerme cargo
nuevamente
de la piel fosforescente
de las heridas en color
Zambullirme al pasado
irme
regresar
volver
ya luego
en ti.
Erika Almenara, 4.8.06 07:41
4 comentarios
- at 9:56 a. m. Reaño dijo...
unos zapatosde plomo para el Ser...
unas alas para el No-Ser- at 4:30 p. m. Oscar Pita Grandi dijo...
Cómo olvidar a Mephisto. Cómo esa fatal tarde de lluvía y de vinos en la carretera bucólica. Cómo la inicencia de aquellas miradas que se tornaron en besos y luego en caricias y luego en algo que parecía amor; o en todo caso, una forma de amor.
Una belleza de película que está en mi lista de favoritas.- at 6:15 p. m. Carlos Negrón dijo...
"No soy yo, soy el otro... el otro de mi sangre y de mi nombre"
Escribir me permite librarme de mi cuerpo y sus caprichos.
Soy uno con el universo, me considero un hombre feliz.
Paz- at 3:12 p. m. Marea dijo...
Alquilaré la película que mencionas. Qué importante el ser remecido por algo, hace tiempo no me pasa, suerte la tuya.