LGIB

Una semana después



Recuerdo que cuando partió el bus a Lima, me despedía de Cajamarca con gran tristeza. Sabía a lo que iba: a presentar mi poemario. Sostengo y sostendré siempre que una publica un libro - ya sea de narrativa o poesía - no sólo por un afán meramente literario. Siempre hay algo más detrás.

En mi caso este "Reino Cerrado" significa también cerrar un período de heridas profundas, de confusiones, de dudas y ansiedades. De ahí que este primer libro sea tan especial e inigualable porque, de forma paralela a mi lado puramente literario, se ha tejido para decir "adiós".

Duele separarse hasta de las cosas malas. Duele decir adiós, incluso a lo destructivo que se respiró en algún pasado porque, sea como sea, estamos hechos también de ese tiempo, por más cruel que haya sido. Sin embargo, respetando la ley de "causa y efecto" decir adiós a algo, a alguien, siempre supone la apertura hacia algo nuevo.

La noche del pasado lunes - y recalco que estoy hablando únicamente del lado "personal" de este libro, durante la presentación de mi poemario, compartí con el mundo, con los amigos y conocidos esta despedida. La noche sirvió para abrazarme con personas a quienes no veía hace mucho tiempo, para re-conocer a gente que hasta hace poco fue "otra" y para conocer a quienes no conocía físicamente, como a Martín Palma, quien ha tenido la amabilidad de postear un texto sobre esta noche en su blog "Carta Náutica".

El haber dejado ir un tiempo, es haber cambiado la medida de los lentes, es tomar la decisión interna de que de ahí para adelante la vida es otra, una de mejor calidad, de mayor objetividad, madurez y amor.

Por estas razones y desde el lado en que tomo esta presentación, ha sido la mejor noche de mi vida, pues instantáneamente, al decir adiós a tanto dolor, me he reconciliado con personas y situaciones; este paso será, sin duda, también "causa y efecto".

Gracias a todas las personas que asistieron esa noche, a las que aunque no estuvieron, enviaron un correo electrónico o realizaron una llamada telefónica para expresarme su cariño y su compañía. Como siempre, son los hechos los que hablan. Nunca las promesas.

Erika Almenara, 9.10.06 07:27

3 comentarios

3 comentarios

at 1:48 p. m. Blogger El Doc dijo...

Sólo una cosa que decir, pequeña:
¡ADELANTE!

~ El Doc

 
at 11:53 a. m. Blogger Karina Falcón dijo...

Erika. Compartimos un primer libro que ostenta en su portada un "Adiós" implícito y una bienvenida a todo lo nuevo que se gesta... Que siempre, siempre aunque parezca adusto, es mejor. Muchas felicidades por tu poemario y espero pronto leernos.

Desde México y celebrando también ser madre de una primera creación.

Karina Falcón

 
at 5:39 p. m. Blogger Oscar Pita Grandi dijo...

Y encima con jazz de fondo!!!

 

Publicar un comentario