Las aguas termales
Dicen que son medicinales, que en su composición, existen ciertos elementos que le generan un bien al cuerpo. Este fin de semana, ha sido un fin de semana de curación. El proceso se inició el día sábado cuando una de mis mejores amigas de la universidad llegó a la ciudad de Cajamarca. Decidimos visitar las "ventanillas de Otuzco" y caímos impresionados ante la majestuosidad del pasado y sus muertos. Luego, caminamos durante dos horas para poder llegar hasta "los baños del Inca". Durante el trayecto, fuimos testigos privilegiados de paisajes inimaginables para mi anterior entendimiento. Hemos cruzado ríos, atravesado un puente colgante que se movió sin tregua mientras nos aferrábamos a las sogas. Nos entusiasmamos con la amabilidad de cada hombre y cada mujer que al pasar por nuestro lado nos saludó con una gentileza propia del hombre inocente, poco contaminado. Al llegar, dejamos nuestros cuerpos a disposición de unas aguas sumamente calientes, presos de un ambiente reducido en el que se concentraba la historia de cada cuerpo y sus respectivas heridas para ser lavadas, desde cada poro expuesto a la sensación de aquella tarde. Salimos distintas, casi mareadas y en un delicioso abandono.
Al día siguiente pasamos el día en un hotel llamado "Laguna seca" que se encuentra también ubicado en "baños del inca". La experiencia en este espacio que alguna vez fue hacienda, se resume en que estando sola en la piscina de aguas termales, mirando la tarde, los grandes árboles meciéndose como me mecía yo misma entre mis pensamientos, entre mi desarraigo por el dolor, comenzaran a caer gotas de lluvia helada sobre las aguas calientes, humeantes, generando la aparición de burbujitas en toda la piscina. Fue ese quizá, el momento más poético de mi vida.
Esa escena permanecerá para siempre dentro mío porque no sólo fue una escena, ni un momento poético, fue la vida hablándome de frente, diciéndome que esa era la vida, que esa era la felicidad y el futuro. Esas gotas precipitadas cayeron en mí, bañándome sin pasarme su frío porque yo estaba dentro de algo tibio, tan tibio como el amor.
Erika Almenara, 18.9.06 05:44
2 comentarios
- at 10:05 a. m. Martín Palma Melena dijo...
Hermosa crónica sobre Cajamarca. Igual que las fotos. Gracias por compartirnos un poco de tu viaje.
- at 4:22 a. m. Umma1 dijo...
¿qué es lo medicinal?
¿qué lo que cura?
Imagino que la predisposición . Y ese entorno rescata el corazón. hasta obtener las mejores melodías.