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Noche rebelde

Es punzante este frío de la mañana que ha venido a abrazarme después de una noche rebelde, de una noche de insomnio. Hoy no logro divisar el sol tras la ventana, se ha apagado, hoy. Froto mis manos diez mil veces contra el pantalón y el calor no me alcanza, me faltan sus brazos. Y sin embargo, el ruido de las ruedas de mochilas coloridas arrastradas por alegres y hermosos niños, capta mi atención y en mi rostro un amago de sonrisa.

Hoy he perdido la sensación de pertenencia. Deben ser los sueños incompletos, los sueños rotos que aparecieron en mi mente esta madrugada. Cómo lo transjiversan todo, cómo lo ensucian todo.

Vaya sí que estoy lejos.

Erika Almenara, 5.9.06 05:44

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