LGIB

Ni siquiera me llames fantasma,
no volví
y no
no,
no aprietes los dientes
porque quiero que llores

derrámate sobre la mesa,
mézclate con el agua que bebo
y escucha

no aprietes los dientes,
que quiero que llores -he dicho-
porque no volví,
porque ya ni siquiera puedo llamarme fantasma.

Erika Almenara, 18.1.06 13:28

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