Jimena Pinilla
Ellos son Jimena Pinilla y Juan Carlos Belaunde, una de las parejas más felices que he conocido en mi vida. Tendrían que haber visto la forma en que se miraban para entender de lo que estoy hablando. Aquella noche nos reuníamos en casa de Gonzálo para celebrar el término de la Escuela. En la crónica que he posteado anteriormente se hace referencia a esta noche. Fue una noche que estuvo llena de alegría, de buen amor, de amistad. Así solían ser también nuestras noches y mañanas de Escuela, cada martes, jueves y sábado.
Los primeros sábados fueron los más difíciles pues aún sentíamos nervios al presentar nuestros cuentos frente a los compañeros, frente a los maestros, pero siempre hubo personas como la Jime, por ejemplo, que te decían algo gracioso y te daban ánimos para leer sin tanto temor.
Yo recuerdo con mucha admiración el cuento de Jime cuyo inicio posteo a continuación, se llama EL PREMIO CONSUELO. Así escribía la Jime sus cuentos, así de interesantes son sus argumentos.
Echado en el jardín sentía las cosquillas del pelo de su perro cóquer encima de todo su cuerpo. Juntos se revolcaban. Él se reía y el perro movía su cola y le lamía la cara. Él se divertía, se despeinaba, se embarraba. De pronto la voz de su madre sonó fuerte:
-- Rodrigo, ¿ya estás listo? Recueda, hoy vamos a visitar a tu hermano.
Claro, cómo podía haberlo olvidado. Rodrigo, su hermano, el auténtico Rodrigo. El que murió hace diez años, pero seguía mandando en su casa que se resistía a olvidarlo. Acaració a su perro sin mucho ánimo ahora. Él había sido el comodín, siempre lo supo. Una especie de premio consuelo que nació para cubrir un vació y lo peor es que resultó un mal reemplazo porque, lejos de alegrar a su madre, había empeorado las cosas.
Erika Almenara, 1.5.06 15:42
2 comentarios
- at 1:05 p. m. Oscar Pita Grandi dijo...
A Jimena parece dificil no quererla, a pesar de no haberla conocido.
- at 6:02 a. m. Reaño dijo...
Siga la celebración de la amistad, en espera de tus celebraciones...