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Vino y domingo

Habla tú que puedes
en sensaciones similares,
esa boca que dejas ir
cuando tenemos días de cenizas
centinelas del olvido

una cabeza y dos personas que recuerdan un domingo
cuando el adiós es eminente porque a ella se la llevan las estrellas

pero nuestros árboles de hierro nos atraen
la negra noche nos jala
Lima, una ciuda como nuestros días en el parque
las noches en que fuiste luna meditabunda

siempre estaremos próximos al mar de las personas que hemos comprendido
al verde que se queda como alga por sobre el cuerpo y los nombres que llevan la letra hacia la cual, no quiero voltear

es incierto el recuerdo de nuestros días entre abrazos y cañones de silencio
el fantasma hacia el cual me arraigo, no sabe de mí, no entiende de mí

mi silencio será su costumbre,
mi adiós, su perdición
o quizá el momento de nuestra paz.

Erika Almenara y Julio Ubillus, un domingo cualquiera...

Erika Almenara, 29.4.07 17:40

1 comentarios

1 comentarios

at 8:44 p. m. Blogger FÉLIX LOBOS dijo...

Como diría Benedetti, el olvido esta lleno de memoria... en este caso, el silencio esta lleno de memoria.

Nuevamente, Precioso....

Salud, y más azul...

 

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